A menudo pensamos en el concepto de belleza. Y mas aún en estos dias en los que vivimos en una sociedad donde prima lo estético. Hoy me gustaría hacer una reflexión a lo que realmente es la belleza para mi.
Desde que comencé mi andadura en el maravilloso y duro mundo de la discapacidad mi manera de pensar cambió un poco. Antes podía no prestar tanta atención a las adaptaciones o incluso me guiaba más por la belleza según la sociedad. Cuando comencé en este mundo, empecé a ver lo que verdaderamente es la belleza y la felicidad.
A día de hoy la belleza para mi es mirar a jna persona a los ojos y ver toda su magia y esplendor salir por ellos. Me importa mas bien poco sus características o rasgos. Lo que verdaderamente importa es lo que una persona puede transmitir a través de au mirada.
Esto me lo enseñaron dos de los niños con los que trabajé. Uno de ellos, por desgracia ya no esta con nosotros. Pero he de decir que durante el tiempo que estuve con ellos, especialmente con él. Aprendí lo que realmente es la belleza y la felicidad .
Este chico, Raúl, me enseñó lo bonita que es la vida. Como vivir cada momento con esa inocencia que solo las almas puras poseen. Me enseñó que más allá de una silla, o una parálisis cerebral hay una belleza que muy pocas personas somos capaces de vislumbrar.
Raúl me enseñó tanto y tantas lecciones de vida que podría usar el agua del mar como tintero y como soporte de papel el firmamento entero.
Desde aquí invito a que la sociedad tire sus prejuicios, y se den la preciosa y maravillosa oportunidad de conocer a personas que poseen algun tipo de discapacidad. Cuando lo hagan comprenderán de esa belleza de la que os hablo. De esa felicidad en cada ápice de vida. De esas ganas de vivir con intensidad toda una vida entera.
Una vida llena de amor, pasión , felicidad y bondad. Sin olvidar que para entender todos estos conceptos van ligados a la pena, la tristeza y la desolación.
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