Faltan tan solo unas horas para que sea tu cumpleaños, pero no se si tendré fuerzas para escribirlo mañana. Llevo toda la semana pensando en que escribirte, en tu familia, y en tu último cumpleaños. También he estado pensando que hace mucho que no te escribo, y no es por falta de ganas, sino más bien por respeto a tu familia y a ti.

Hoy hago la excepción para felicitarte un año más, este año es algo diferente ya que mi felicitación no puede ir acompañada de un gran abrazo físico, pero si de mis palabras, que aunque para muchos no significaran nada, se que para otros es mucho y con eso me quedo.

Me resulta tan raro que hace tan solo un año tu madre me avisara de que te quedaba poco tiempo, yo no quería creerlo y aún así fui a verte a tu casa. Yo te saludé como si nada, te vi feliz, pero se que algo te faltaba, esa luz que tu desprendías con solo mirarte… se estaba apagando. Cuando me despedí de tu madre en la puerta de casa intenté quitarle todo el hierro del mundo al asunto, bien lo sabe ella, pero cuando llegué al coche… me derrumbé no pude evitarlo. No podía creerme que el niño que me hizo enamorarme de este mundo se fuera, no quería creerlo.

Desde entonces, estaba siempre alerta con cualquier noticia tuya. Hasta que llegó tu día. Un maldito día 15.

Te escribo esto y tiemblo, hace tiempo que no siento ese empujón que tu me dabas con el dorso de tu mano, hace tiempo que no sonrío de verdad, pero por tí intentaré hacerlo mañana, porque mañana es tu día campeón.

Mañana tu cumples tu mayoría de edad y no voy a poder cumplirte ese regalo que tanto querías, te lo prometí y no he podido cumplir mi promesa. Espero que tú puedas perdonarme porque yo no puedo, siento que te he decepcionado y fallado. Perdóname, Raúl.

Espero que mañana allí arriba o donde estés la líes y mucho, porque de una cosa si que estoy segura en la vida, es que tu en la fiestas lo dabas todo y lo que más te gustaba era bailar y si era con mujeres… mucho mejor ¿no? Monta una buena fiesta y hazla sonar aquí abajo que los que nos hemos quedado miraremos hacia arriba y sabremos que eres feliz cielo mio. Haz que tiemble la tierra, haz que las sonrisas que provoques arriba se contagien abajo, haz tu magia y haz que tu luz vuelva a brillar sobre todos. Porque solo las almas puras y eternas como la tuya tienen ese don, hacer brillar el día y la vida. Ilumina el camino tus seres queridos y dales ese empujoncito que seguro mañana necesitarán.

Te quiero campeón,

Marta.